Una estatua que denuncia la corrupción, un edificio construido como una alegoría de la “Divina Comedia”, un museo privado psicodélico y excepcional, un monumento para un perro policía, la habitación de García Lorca en el Hotel Castelar, los baños de un bar donde “la acústica era excepcional”, los vestigios de un intento de golpe de estado, una cúpula digna de Gaudí…